14/5/15

Honremos La Vida

Yo no miro las noticias, poco me importan.
No tengo tele.
No tengo smartphone.
Aunque suene paradójico, sí estoy conectado con mi medio, con mi entorno. Tal vez más que antes que tenía tele y smartphone.

No me hace falta mirar en la tele un “noticiero” o abrir una página de “noticias” para saber cómo está mi entorno.
Lo respiro, lo huelo.
Mi piel percibe, mis ojos ven. Mi nariz y mis pulmones conocen el oxígeno puro, crecí en el interior, como le dicen acá.

Sólo me alcanzan 10 segundos de tele para ver a un señor vendiendo y lucrando millones por mostrar cuerpos desnudos bailando. Me basta asomarme a un comercio para ver gente consumiendo con desesperación sin entender por qué lo hacen o para qué. Suficiente es para mí ver las calles entorpecidas de bocinazos y gritos, los transportes abarrotados de impaciencia y violencia.

Cuando tanta gente en Facebook (mi contacto con el mundo virtual) habla de lo mismo, me entero que algún hecho pasó a ser “importante”... por un rato, unas horas, unos días. Después, como toda noticia, se disuelve en el mar de anuncios y estímulos que aturden nuestras pupilas y los poros por los que respiramos.
“Una chica más” muere violentamente. Cuántas deben morir para que despertemos como sociedad? Acaso mil vidas valen más que una? Quién lo dice?.

Yo vivo cada día PARA Ser más consciente, para estar más despierto, para conocerme más, para aceptarme más, para poder Ser desde mi lado más humano, sano y amoroso. Y claro que me equivoco y cometo errores, y yo también siento desprecio, y siento envidia, y me compro boludeces y actúo desde mi lado mezquino y manipulador. Claro que sí, soy Humano.
También, después de un acto, una decisión, un movimiento, me miro y me pregunto si estuve consciente, y si me respeté, y si respeté al otro.

Agradezco a cada persona que vive así, que se anima a asomarse a un espejo un día, y mirarse con ojos amorosos y ver todos sus dolores. Agradezco a todos los que se la juegan por ser ellos mismos mejores personas, y que no necesitan andar diciendo a otros lo que se debe hacer. Agradezco a todos los que me pueden mirar fijo a los ojos y decirme Su verdad, y bancarse su incomodidad con lo que están diciendo, y su incomodidad con mi incomodidad al escucharlos. Agradezco a aquel que viene y me dice desde el corazón algo que me duele, que no me gusta, algo que preferiría no escuchar. Agradezco a los seres que viven cada día más honestos, más auténticos, más conectados con su sentir, con su corazón, con el pulsar de su propia vida.

Yo no me sumo a ninguna lucha, no creo en la lucha como solución.
Sí creo en el Crecimiento, en la Consciencia, en la Maduración, en el Respeto, en la Respons-habilidad, en los huevos o en los ovarios que hay que tener para animarse a sentir el dolor de sanarse a sí mismo, de amarse a sí mismo (el Amor por los demás deviene solo).

Cada uno de nosotros tenemos un camino que recorrer. Honremos nuestra propia vida y la de nuestras madres, padres, hijas, hijos, amigas, amigos, hermanxs, vecinxs, desconocidxs.

Honremos La Vida.